Extrañamente
Hoy llegue a casa, extrañamente todo estaba en orden. Extrañamente no había cajas mordisqueadas ni botellas aplastadas. Extrañamente no estaban abiertas las puertas de la alacena, ni el sartén sucio en el piso del comedor. No había más manchas de agua en el piso, ni residuos de comida en la cocina, no había portarretratos tirados ni controles remoto fuera de su lugar. Extrañamente no había platos rotos, ni cucharas de madera mordidas. Los baños estaban abiertos, pero el papel del baño estaba en su lugar, el bote de basura estaba intacto, y las toallas descansaban colgadas. Extrañamente la ventana estaba cerrada de la habitación estaba cerrada, no había sandalias mordidas, ni restos de almohadas en el piso. En el estudio no había rastros de que hubieras estado, no había libros roídos ni documentos destruidos. Extrañamente no fuiste a recibirme a la puerta, no me esperaste en tu sillón, no me llamaste al entrar, ni siquiera vi tus ojos asomarse por detrás de la mesa, con esa cara de culpa que ponías cuando sabías que me habías hecho enfadar. Extrañamente no haces ruido cuando ha sonado mi teléfono, ni cuando llamé a la puerta. No oigo tus pisadas en el piso de madera, no oigo que bufes cuando entré al baño, ni tus llamados por tus ansías de salir. Extrañamente ya no hay huellitas en el piso, ni pelitos en los sillones. Extrañamente extraño todo eso, te extraño corazón mío, te extraño con cada latido de tu corazón cuando te dejaba solito, te extraño con cada latido de tu corazón cuando me perdías de vista en el parque, te extraño con esa fuerza con la que no querías dejarme. Pero no es extraño que te extrañe, pues me hiciste feliz haciendo de nuestra casa, tu hogar.