Me pregunto...
¿Habré errado yo al tomarme un momento para mi distracción?
¿Es que soy ahora víctima de mis circunstancias?
Yéndome a la calle y dejando a mi madre que contestara desdeñosa para comentarme después el mensaje traducido a su idioma de una mujer colgándole en la cara
¿Es que soy víctima de mi propio desdén?
No hay que tentar a la suerte, me dice una vocecita, cuando se te presenta debemos tomarla y no dejarla ir hasta que los beneficios hallan llegado.
Entonces, ¿habré hecho mal en apartarme del mundo dejando a nadie que responda por mi?
Incertidumbre, incertidumbre, el tiempo esta lleno de ella, es poderosa y banal, y lo gobierna en tiempos de ocio; y la ayuda nunca es la correcta. Pues bien, si las cosas resultan como esperadas, entonces al pendiente el ebanista debe estar, sino esa pequeña polilla terminará con toda madera a laborar.
¿Me pregunto si todo lo mandé a la goma?